estres en gatos

Estrés en gatos: cómo detectarlo y prevenirlo

El estrés en gatos puede ser una carga tremenda para tu gato y para tí. Para tu gato puede ser un parásito que de a poco le va quitando las ganas de vivir. Y para tí puede ser un problema al ver que tu gato se pone más agresivo o distante.

Y los gatos pueden ser muy sensibles. Su naturaleza individualista les da autonomía y libertad, pero los hace seres muy vulnerables a los cambios.

Te presentamos una guía para entender el estrés en gatos y también un receta para evitarlo. También te dejamos productos para ayudar a evitar el estrés en gatos. ¿Sabías que habían ayudas naturales a este problema? Quédate y te contamos.

Principales causas del estrés en gatos

estres en gatos

Como dijimos en la introducción los gatos son muy sensibles a los cambios. Cualquier cosa puede ser motivo de estrés. Hay que entender que los gatos en la naturaleza viven solos en un territorio. Esto hace que cualquier cambio en tu territorio active alarmas y los gatos piensen que la comida se va a acabar y ellos morirán.

Podrá sonar exagerado. Pero, esto lo viven normalmente en la naturaleza. Y ellos conservan el instinto.

El estrés en gatos es una respuesta a estas situaciones en las que el animal siente miedo o frustración.

Si la situación se mantiene en el tiempo y el felino no es capaz de adaptarse, aparecen comportamientos indeseados que pueden dificultar la convivencia en casa.

Además, el animal puede sufrir trastornos psicológicos e, incluso, enfermedades físicas.

Algunas de las causas más comunes del estrés en gatos son:

  • Falta de atención: los gatos también son muy sociales y requieren de cariño y atención por parte de sus humanos. Si se sienten solos o ignorados, pueden desarrollar depresión o aburrimiento, lo que les lleva a buscar formas de llamar la atención o de entretenerse, como arañar los muebles, maullar excesivamente o hacer sus necesidades fuera del arenero.
  • Enfermedades: algunas enfermedades pueden causar dolor o malestar en los gatos, lo que les hace estar más irritables o nerviosos. Además, algunas patologías pueden alterar su comportamiento o su personalidad, como el hipertiroidismo, la diabetes o el deterioro cognitivo. Por eso, es importante llevar al gato al veterinario ante cualquier signo de que algo no va bien.
  • Conflictos con otros animales: los gatos pueden tener problemas de convivencia con otros gatos u otros animales con los que comparten el hogar o el entorno. Esto puede deberse a una mala socialización, a una falta de recursos (comida, agua, juguetes, etc.) o a una incompatibilidad de caracteres. Los conflictos pueden manifestarse como agresividad, marcaje territorial o aislamiento.
  • Falta de “recursos” clave: los gatos son muy territoriales y necesitan tener acceso a recursos básicos como comida, agua, arenero, rascador y lugares donde esconderse o descansar. Si estos recursos son escasos o están mal ubicados, el gato puede sentirse inseguro o amenazado.
  • Mudarse de casa: los gatos son muy apegados a su entorno y cualquier cambio puede generarles ansiedad. Una mudanza implica un cambio radical de hábitat, con nuevos olores, sonidos y objetos que el gato debe explorar y marcar como suyos.
  • Otras mascotas: los gatos pueden tener problemas de convivencia con otros gatos u otros animales con los que comparten el hogar o el entorno. Esto puede deberse a una mala socialización, a una falta de recursos (comida, agua, juguetes, etc.) o a una incompatibilidad de caracteres. Los conflictos pueden manifestarse como agresividad, marcaje territorial o aislamiento.
  • Gatos desconocidos que entran en la casa: los gatos son muy celosos de su territorio y no toleran la presencia de intrusos. Si otro gato entra en la casa, ya sea por una ventana abierta o por un descuido del dueño, el gato residente puede sentirse invadido y estresado.
  • Manipulación inapropiada o inadecuada: los gatos son muy sensibles al contacto físico y no les gusta que los toquen sin su consentimiento. Algunas formas de manipulación que pueden molestar al gato son: cogerlo en brazos sin avisar, abrazarlo demasiado fuerte, acariciarlo en zonas que no le gustan o cortarle las uñas sin preparación previa.
  • Decoración y obras en el hogar: los gatos son muy observadores y se fijan en los detalles de su entorno. Si cambiamos la decoración o hacemos obras en el hogar, podemos alterar su sensación de seguridad y control. Además, el ruido y el polvo de las obras pueden ser molestos para el gato.
  • Un cambio en tu rutina: los gatos son animales de costumbres y se adaptan a los horarios y hábitos de sus dueños. Si cambiamos nuestra rutina, por ejemplo por un viaje, un trabajo nuevo o una enfermedad, podemos desorientar al gato y hacerle sentir solo o abandonado.
  • Visitas de invitados: los gatos son muy desconfiados con las personas desconocidas y pueden reaccionar con miedo o agresividad ante las visitas. Si tenemos invitados en casa, debemos respetar el espacio del gato y no obligarlo a interactuar con ellos si no quiere.
  • La presencia de un bebé nuevo: la llegada de un bebé supone un gran cambio para el gato, que puede sentir celos o inseguridad. El bebé ocupa mucho tiempo y atención del dueño, emite ruidos extraños y tiene un olor diferente. El gato puede sentir que ha perdido su lugar en la familia y reaccionar con estrés.
  • Gran número de gatos en el vecindario: los gatos son muy conscientes de su territorio y lo defienden frente a otros posibles competidores. Si hay muchos gatos en el vecindario, el gato puede sentirse amenazado o intimidado por ellos y estar en constante alerta.
  • Gatos machos callejeros sin castrar: los gatos machos sin castrar tienen un comportamiento más agresivo y territorial que los castrados. Si hay gatos machos callejeros sin castrar cerca de nuestra casa, pueden provocar peleas con nuestro gato o intentar entrar en ella para buscar hembras en celo. Esto puede generar mucho estrés en nuestro gato, sobre todo si es macho y no está castrado.

Síntomas: ¿Cómo manifiestan ellos el estrés?

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Aunque las causas pueden ser variadas, los síntomas de estrés en gatos son muy similares y también suelen aparecer varios. Estos son los principales:

Síntomas físicos

  • Diarrea
  • Vómitos
  • Grandes parches de calvicie o llagas en el pelaje causadas por el exceso de aseo
  • Secreción nasal y ocular (por ejemplo, ‘gripe’ felina)
  • Los síntomas empeoran en los gatos con enfermedades crónicas o la recuperación de la enfermedad es lenta (el estrés puede afectar el sistema inmunológico del gato y su capacidad para combatir las enfermedades)
  • Comer objetos que no son alimentos, como plástico o lana (esto se llama ‘pica’)
  • Poco apetito o comer menos de lo normal
  • Lucir letárgico y dormir más de lo habitual
  • Comer y / o beber en exceso
  • Pérdida o aumento de peso repentino
  • Una mala condición del pelaje
  • No ir al baño con tanta frecuencia como de costumbre (heces y / o orina)
  • Agacharse con frecuencia, orinar con dolor y con sangre (por ejemplo, cistitis)

Síntomas conductuales

  • Cualquier cambio notable en los patrones de comportamiento y rutinas habituales de tu gato
  • Defeca fuera de la caja de arena (por ejemplo, detrás del sofá, debajo de la cama, encima de la cama, etc.)
  • Rocia orina en los muebles y otros objetos alrededor de la casa
  • Se rasca excesivamente con los muebles
  • Comportamiento agresivo dirigido hacia ti, tu familia o visitantes
  • Comportamiento agresivo dirigido hacia otras mascotas en el hogar
  • Maulla excesivamente
  • Un aumento en la dependencia de ti o de tu familia, queriendo constantemente interactuar
  • Retraimiento de ti y la familia, ya no interesado en interactuar contigo
  • Falta de respuesta a lo que sucede a su alrededor (no salta o se asusta por ruidos fuertes o movimientos rápidos)
  • Vigilancia constante y salta ante cada sonido o movimiento repentino
  • Se esconde con frecuencia dentro del hogar (por ejemplo, debajo de un sofá o cama, encima de un armario)
  • No quiere jugar, cuando anteriormente era muy juguetón
  • No quiere a entrar en el hogar
  • No quiere a salir al exterior
  • Aseo excesivo. Se acicala de una forma obsesiva.
  • Se pasea repetidamente dentro del hogar, a menudo acompañado de maullidos fuertes.
  • Automutilación: se muerde las uñas, las patas o la cola hasta causarse lesiones.

¿Cómo ayudar a mi gato a controlar la ansiedad?

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Para poder tratar el estrés en los gatos es fundamental saber detectar qué lo produce. Lo primero será visitar al veterinario para descartar la posibilidad de que su estado no se deba a estrés, sino a una enfermedad. Si el diagnóstico es el estrés, el profesional podrá recomendar el tratamiento más adecuado, que puede incluir medicación, terapia de modificación de conducta o productos naturales.

Además, hay algunas medidas que podemos tomar en casa para ayudar a nuestro gato a controlar la ansiedad y mejorar su calidad de vida:

  • Proporcionarle un entorno seguro y enriquecido: debemos asegurarnos de que nuestro gato tiene un espacio propio donde se sienta cómodo y protegido, con acceso a recursos básicos como comida, agua, arenero y rascador. También es importante ofrecerle juguetes y estímulos que le permitan ejercitar su cuerpo y su mente, como ratones de peluche, plumas o láseres.
  • Respetar sus necesidades y su personalidad: cada gato es un mundo y tiene sus propias preferencias y ritmos. Debemos respetar sus momentos de descanso, de juego y de interacción, sin forzarlo ni agobiarlo. También debemos aceptar su carácter y no intentar cambiarlo, sino adaptarnos a él.
  • Evitar los cambios bruscos o innecesarios: los gatos son animales de costumbres y no les gustan las sorpresas. Si tenemos que hacer algún cambio en su entorno, como una mudanza o una cambio de diseño, debemos hacerlo de forma gradual y positiva, utilizando refuerzos como premios o caricias. Si tenemos que introducir un nuevo miembro en la familia, debemos hacerlo siguiendo las pautas de una correcta presentación entre gatos u otros animales.
  • Darle mucho amor y atención: los gatos necesitan sentirse queridos y valorados por sus humanos. Debemos dedicarles tiempo de calidad, jugando con ellos, acariciándolos o hablándoles con voz suave. También podemos usar productos naturales como el Feliway o la hierba gatera para relajarlos y hacerlos felices.
  • Fomentar el ejercicio físico: el ejercicio es una forma natural de liberar el estrés y mejorar el ánimo de tu gato. Debes cansarlo con moderación para ayudarlo a agotar su energía nerviosa y descargar las hormonas del estrés durante la actividad física en lugar de acicalarse en exceso. Puedes esconder bocadillos o alimentos secos alrededor de la casa y dejar que el gato los busque.
MedidaBeneficio
Entorno seguro y enriquecidoAumenta la confianza y la estimulación
Respeto a sus necesidades y personalidadReduce la frustración y el conflicto
Evitar los cambios bruscos o innecesariosMinimiza la ansiedad y el miedo
Darle mucho amor y atenciónRefuerza el vínculo y la seguridad
Fomentar el ejercicio físicoLibera el estrés y mejora el ánimo

El estrés en gatos es un problema serio que puede afectar a su salud y a su comportamiento. Por eso, debemos estar atentos a los síntomas y actuar cuanto antes para ayudar a nuestro amigo peludo a recuperar la calma y la alegría. ¡Tu gato te lo agradecerá!

¿Qué productos naturales puedo usar para relajar a mi gato?

Además de las medidas que hemos mencionado anteriormente, existen algunos productos naturales que pueden ayudar a calmar a tu gato y reducir su estrés. Estos son algunos de ellos:

  • Catnip o hierba gatera: es una planta que contiene una sustancia llamada nepetalactona, que actúa sobre el sistema nervioso de los gatos y les produce un efecto relajante y placentero. Puedes ofrecerle a tu gato un juguete relleno de catnip o esparcir un poco de esta hierba sobre su cama o rascador.
  • Tomillo: es otra planta que tiene propiedades sedantes para los gatos. Puedes hacer una infusión de tomillo y rociarla sobre el pelaje de tu gato o sobre su cama para que respire su aroma.
  • Valeriana: es una planta muy conocida por sus efectos calmantes en los humanos, pero también funciona con los gatos. Puedes darle a tu gato un poco de raíz de valeriana para que la mordisquee o ponerla en su cama para que la huela.
  • Feliway: es un producto comercial que imita las feromonas faciales de los gatos, que son las que liberan cuando se frotan contra las superficies y les transmiten seguridad y tranquilidad. Puedes usar un difusor de Feliway en el enchufe o un spray sobre los objetos o lugares donde quieras relajar a tu gato.
  • CBD: es un compuesto extraído del cáñamo que tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y ansiolíticas. Puedes administrarle a tu gato unas gotas de aceite de CBD en su comida o directamente en su boca para ayudarlo a calmar su estrés y mejorar su salud.

Referencias:

Artículo sobre los síntomas estrés en gatos:

https://www.battersea.org.uk/pet-advice/cat-care-advice/reducing-your-cats-stress

Artículo sobre como reducir el estrés en los gatos:

https://es.wikihow.com/reducir-el-estrés-de-los-gatos

Artículo sobre estrés en gatos:

Tranquilizantes para gatos:

https://www.expertoanimal.com/los-mejores-tranquilizantes-naturales-para-gatos-21747.html

Sedantes naturales para gatos:

tranquilizantes para gatos:

http://www.gatospedia.com/medicamentos-para-ayudar-a-tranquilizar-a-los-gatos/

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