agresividad en gatos calmar a un gato agresivo

La Mejor Fórmula para Detener la Agresividad en Gatos

La agresividad en gatos puede ser un problema tremendo en un hogar pacífico. Nosotros tuvimos un caso que no sabíamos como resolver. Se tratra de la llegada de Cleo.

Nuestra gato Cleo llegó preñada de unos meses. Venía de la calle y eligió nuestra casa para tener a sus bebés. Cuando los gatos crecieron y se volvieron independientes, pensamos que ella se iría, pero se quedó. Lo que empezó un problema.

Cada vez que un gato de la casa se acercaba a ella, ella amenazaba con sonidos o les pegaba un arañazo.

Esto llevó a un clima de agresividad en la casa. Pero con la medidas que tomamos pudimos reducir la agresión al mínimo. Todavía existen peleas en la casa, pero son el 5% de las que existían antes.

Te dejamos este artículo para compartir lo que aprendimos. Primero debemos entender por qué se produce la agresividad en gatos.

Tipos y causas de la agresividad en gatos

agresividad en gatos

Aquí tienes una tabla con los tipos de agresiones y sus causas:

Tipo de agresiónCausa
Miedo o defensaAmenaza, miedo o estrés
Territorio o dominanciaCompetencia o intrusión por el espacio o los recursos
Juego o cazaInstinto de depredación o falta de estímulos
Dolor o malestarProblema de salud o dolor físico
RedirigidaFrustración o estrés por algo que no se puede controlar
tabla tipo de agresión y su causa

La agresión en los gatos puede clasificarse según el origen, el objetivo y la forma de expresarse. Algunos tipos y causas comunes de la agresión en los gatos son:

Agresión por miedo o defensa

Los gatos pueden reaccionar con agresividad cuando se sienten amenazados, asustados o acorralados por una persona, otro animal o una situación.

Pueden mostrar signos de miedo como orejas hacia atrás, pupilas dilatadas, pelo erizado o cola esponjada, y atacar con arañazos o mordiscos si se sienten en peligro.

Los gatos se pueden sentir amenazados por cambios o la introducción de un nuevo miembro. Recordemos que los gatos son muy individualistas. Es difícil para ellos entender el acto de compartir, puesto que en la naturaleza vivieron cientos de miles de años con un sistema de territorios para un solo gato.

Por esto no desarrollaron un comportamiento para lidiar con la introducción de nuevos miembros a un grupo. Se pueden sentir amenazador tan sólo por la presencia de alguien que no conocen.

Y pueden al principio mostrarse tranquilos, pero mostrar pequeños signos de estrés y sufrimiento. Por esto que hay gatos que atacan de repente a alguien sin causa aparente. Un gato se puede poner agresivo derepente, pero en verdad ha estado durante días sintiéndose amenazado y sabiendo qué hacer. La agresión es el último recurso.

Esta agresión suele ser más frecuente en gatos que han tenido experiencias traumáticas, que no han sido socializados adecuadamente o que tienen un carácter tímido o nervioso.

Agresión por territorio o dominancia

agresividad en gatos

Los gatos son animales territoriales que pueden defender su espacio y sus recursos (comida, agua, juguetes, camas, etc.) de otros gatos o animales que consideren intrusos o competidores.

También pueden intentar establecer una jerarquía entre ellos o con las personas, mostrando señales de dominancia como marcar con orina o arañazos, bloquear el paso o el acceso a ciertos lugares o recursos, o intimidar con miradas fijas, gruñidos o bufidos.

Son comunes por esta razón peleas con gatos que vienen de afuera de la casa (también tu gato puede empezar a orinar tu casa). Es normal que en la naturaleza los gatos peleen por territorio e incluso mueran en estas peleas. Así que no sorprendas cuando veas a tu gato cariñoso y gordito convertido en una bestia que lanza arañazos a diestra y siniestra un gato invasor.

Esta agresión suele ser más común en gatos machos no castrados, que tienen más hormonas relacionadas con la agresividad.

Agresión por juego o caza

Los gatos son depredadores naturales que tienen un instinto de caza muy desarrollado. A veces, pueden confundir nuestras manos, pies u objetos en movimiento con presas y atacarlos como si fueran juguetes.

También pueden jugar entre ellos de forma brusca y morderse o arañarse sin querer hacerse daño. Esta agresión suele ser más habitual en gatitos jóvenes o en gatos adultos que no tienen suficientes estímulos o actividades para gastar su energía.

Aquí es muy importante distinguir entre agresión por territorio y agresión por juego. La agresión por juego se puede distinguir por las posturas. Generalmente, se encorvan y se le erizan los pelos de la cola y la espalda. También, cuando es una agresión los movimientos son rápidos, mientras que cuando juegan los movimientos son más lentos y anunciados.

Agresión por dolor o malestar

agresividad en gatos

Los gatos pueden mostrar agresividad cuando sufren algún tipo de dolor físico o enfermedad que les provoca incomodidad o irritabilidad. Pueden rechazar el contacto humano o animal y reaccionar con violencia si se les toca o se les intenta manipular. Esta agresión suele ser más frecuente en gatos ancianos o con problemas de salud crónicos.

Hay que estar atentos a los signos que muestra un gato enfermo o con dolor. Generalmente los gatos ocultan los síntomas, ya que, al ser cazadores y también cazados en la naturaleza, aprendieron a ocultar signos de debilidad para evitar ser blanco de depredadores.

Algunos signos de dolor o enfermedad pueden ser esconderse, apatía, no querer comer o tomar agua, exceso de sueño, etc.

Agresión redirigida

Los gatos pueden descargar su frustración o estrés con una persona u otro animal que no tiene nada que ver con la causa original de su malestar. Por ejemplo, si un gato ve a otro gato por la ventana y no puede acceder a él, puede atacar a su compañero felino o a su dueño sin motivo aparente. Esta agresión suele ser más impredecible y difícil de prevenir.

Cómo detener la agresión en los gatos (nuestra fórmula)

agresividad en gatos

Al principio no sabíamos qué hacer con nuestra gato Cleo. Empezamos a investigar e implementamos algunas medidas y vimos qué resultados tenían. Muchas de las cosas tuvieron resultados menores, otras fueron muy influyentes en el éxito.

Aquí te dejamos la fórmula que nos ayudó, más otras medidas que hemos investigado y que dan resultado en otros casos:

  • Consultar al veterinario: Lo primero que debemos hacer si nuestro gato muestra signos de agresividad es llevarlo al veterinario para descartar que tenga algún problema de salud que le esté causando dolor o malestar.

El veterinario también podrá aconsejarnos sobre la conveniencia de castrar o esterilizar a nuestro gato si su agresión está relacionada con las hormonas.

En muchos casos la agresión baja en un 90% cuando se castran. En el caso de Cleo se castró cuando tuvo a sus bebés, así que ya había reducido su agresividad.

  • Evitar los castigos: Los castigos físicos o verbales no solo son ineficaces para corregir la agresión en los gatos, sino que pueden empeorarla al generar más miedo, estrés o resentimiento en el animal.

En algunos casos los gatos aprenden que no deben hacerlo cuando tú no estás presente y el problema se traslada solamente.

También la relación con tu gato se deteriora, porque para ella es un comportamiento que está en su ADN, si tu la retas o pegas, estás castigando algo que es natural en ella.

Lo mejor es ignorar al gato cuando se comporte de forma agresiva y premiarlo cuando se muestre tranquilo y cariñoso.

  • Proporcionar un ambiente seguro y enriquecido: Los gatos necesitan tener un espacio propio donde se sientan cómodos y seguros, con acceso a recursos básicos como comida, agua, arenero, rascador y juguetes.

También necesitan tener oportunidades de jugar, explorar y cazar para satisfacer sus necesidades naturales y liberar su energía. Podemos ofrecerles juguetes interactivos, cañas con plumas o ratones de peluche, o usar un puntero láser o una pelota para estimular su instinto de caza.

En el caso de Cleo tratamos de jugar al menos 20 minutos al día con ella y los otros gatos. Esto hace que su energía que usa para pelear se gaste en el juego. También, la entrenteción ayuda a disipar el estrés.

También, jugar junto con otros gatos ayuda que se acostumbre a compartir espacio con otros gatos.

Eso sí, debemos evitar usar nuestras manos o pies como juguetes, ya que el gato puede asociarlos con presas y mordernos o arañarnos.

  • Respetar el lenguaje corporal y las señales de aviso: Los gatos suelen comunicar su estado de ánimo y sus intenciones a través de su lenguaje corporal y sus vocalizaciones.

Debemos aprender a interpretar estos signos y respetarlos para evitar provocar una reacción agresiva. Por ejemplo, si el gato nos muestra las orejas hacia atrás, las pupilas dilatadas, el pelo erizado o la cola esponjada, significa que está asustado o enfadado y que no quiere que nos acerquemos.

Si además nos gruñe o nos bufa, nos está advirtiendo de que nos alejemos o nos atacará. En estos casos, lo mejor es dejar al gato tranquilo y no forzar el contacto.

  • Introducir cambios gradualmente: Los gatos son animales rutinarios que pueden estresarse ante cualquier cambio en su entorno o en su vida. Por eso, si vamos a introducir algún cambio como una mudanza, una reforma, una visita al veterinario, la llegada de un nuevo miembro a la familia (humano o animal), etc., debemos hacerlo de forma gradual y positiva, para que el gato se adapte poco a poco y no se sienta amenazado o desplazado. Podemos usar feromonas sintéticas para ayudar al gato a relajarse y a sentirse más seguro.

Por ejemplo, si introducimos un nuevo gato, este no debe dejarse con los otros todo el tiempo. Se debe presentar unos minutos y luego dejarlo en otra habitación encerrado. Luego, al día siguiente dejarlo más tiempo y encerrarlo. Así hasta que los otros se acostrumbran.

Como dijimos, los gatos al ser individualistas no saben como lidiar con cambios en su entorno.

  • Socializar al gato desde pequeño: La socialización es el proceso por el que el gato aprende a relacionarse con otros seres vivos y con el entorno.

Es fundamental que este proceso se lleve a cabo durante las primeras semanas de vida del gato (entre las 2 y las 12 semanas), ya que es cuando el animal es más receptivo y curioso. Una buena socialización hará que el gato sea más confiado, sociable y menos propenso a la agresión.

El gran problema de los gatos callejeros que llegan a una casa es que generalmente tiene traumas con respecto a abuso y comida. Por eso, pueden ser muy agresivos en relación a su territorio, porque desconfían de otros gatos.

  • Espacio vertical: El espacio vertical es algo que se suele no tomar en cuenta para los gatos, pero es vital para ellos. Los gatos están acostumbrados a vigilar y adaptarse a un nuevo escenario desde la alturas.

Se pueden subir a un mueble para sentirse seguros y vigilar el comportamiento de un nuevo miembro de la familia. En el caso que se sientan más seguros bajarán de su torre.

Esto lo hacen en la naturaleza cuando se suben a un árbol para vigilar que están a salvo de los depredadores.

Esto fue algo que Cleo hacía con mucha frecuencia. Subirse a los muebles más altos de la casa para vigilar y manejar su estrés.

  • Espacio horizontal: Muchos gatos en un lugar pequeños puede ser caldo de cultivo para muchas peleas. Los gatos domésticos han aprendido a compartir el territorio con otros gatos. Han generado una jerarquía para ordenar y regular su vida social. Pero, siguen teniendo espacios individuales que son como islas.

Por ejemplo, has visto que tus gatos se colocan en tal silla a dormir, o en la ventana. Bueno, ese es su espacio personal. Muchas veces compartir espacios personales puede llevar a agresiones porque dos gatos tienen los mismo espacios personales.

Para esto es necesario que cada gato tengo su espacio y sus propias cosas. Su propia cama, su casa, su pocillo para comer, etc. Así se pueden evitar peleas.

En situaciones de agresión se puede dejar un gato en una pieza mientras los otros se acostumbran a él o ella.

Esto fue una de las medidas más exitosas para que Cleo pudiese convivir con los otros gatos en paz. Al principio se le dejaba en una habitación sola para puede dormir en la noche. Ella conocía su hora de dormir y pedía la puerta para que la acostaran. En la madrugada rasguñaba la puerta para salir.

Con el tiempo los gatos se acostumbraron a ella y ella a los demás. Pero, se le hizo una casa afuera especial para ella en el jardín, dónde ella podía descansar y disfrutar de su espacio personal.

  • Acudir a un etólogo o educador felino: Si la agresión en nuestro gato es muy frecuente o intensa, y no mejora con las medidas anteriores, puede ser conveniente consultar a un profesional especializado en comportamiento felino (etólogo o educador) que pueda evaluar el caso y ofrecernos un plan de tratamiento personalizado.

El profesional podrá identificar la causa de la agresión, descartar posibles problemas médicos o psicológicos, y enseñarnos técnicas de modificación de conducta para corregir el problema.

¿Por qué un gatos se pone agresivo de repente?

Nosotros no conocemos mucho a nuestros gatos. Se suelen pensar que los gatos son como perros más pequeños y ágiles. Pero, son animales complementamente distintos.

Nos puede parecer que un gato es malvado o egoísta cuando agrede a otro, pero esto está muy lejos de ser la verdad. Los gatos tienen instintos construídos por cientos de miles años que no es fácil controlar o reprimir con castigos, puesto que es su naturaleza.

Un gato puede ponerse agresivo de repente por la causas mencionadas arriba. Pero, puede que un gato actúe de forma tranquila por un tiempo escondiendo su molestia y estrés. Para luego agredir a un miembro de la familia sin ninguna razón aparente. Aunque, las causas verdaderas no tengan nada que ver con el miembro agredido.

Por ejemplo, se puede introducir un perro a la casa. El gato se siente muy estresado por un tiempo y no demostrarlo. Para luego un día agredir a otro gato sin ninguna causa. Aquí claramente la causa es la introducción del perro, pero el efecto pareciera no estar relacionado con el efecto.

Aquí tienes otra sección con el tema:

Tranquilizantes para gatos agresivos

A veces, los gatos agresivos pueden necesitar un tranquilizante para calmarlos y evitar que se hagan daño a sí mismos o a otros. Los tranquilizantes son medicamentos que reducen la ansiedad, el estrés y la excitación de los gatos, y que pueden administrarse por vía oral, inyectable o transdérmica.

Sin embargo, los tranquilizantes no son una solución mágica ni definitiva para la agresión felina, sino que deben usarse como un complemento a otras medidas de prevención y tratamiento.

Los tranquilizantes solo deben administrarse bajo prescripción y supervisión veterinaria, ya que pueden tener efectos secundarios o contraindicaciones. Además, los tranquilizantes no son todos iguales ni sirven para todos los casos. El veterinario deberá elegir el tipo, la dosis y la frecuencia de administración del tranquilizante más adecuado para cada gato y cada situación.

Algunos de los tranquilizantes más usados para los gatos agresivos son:

  • Benzodiazepinas: Son fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central y producen relajación muscular, sedación y ansiolisis. Algunos ejemplos son el diazepam, el alprazolam o el lorazepam. Se pueden administrar por vía oral o inyectable. Tienen un efecto rápido pero de corta duración. Pueden causar efectos adversos como somnolencia, ataxia, hipotensión o hipersalivación. También pueden provocar un efecto paradójico, es decir, aumentar la agresividad en lugar de disminuirla.
  • Antidepresivos: Son fármacos que actúan sobre los neurotransmisores cerebrales y producen un efecto antiansiedad y antidepresivo. Algunos ejemplos son la fluoxetina, la clomipramina o la amitriptilina. Se administran por vía oral. Tienen un efecto más lento pero de larga duración. Pueden causar efectos adversos como vómitos, diarrea, anorexia o letargia. También pueden interactuar con otros medicamentos o alimentos.
  • Alfaxalona: Es un fármaco que actúa sobre los receptores GABA y produce una anestesia general. Se administra por vía inyectable. Tiene un efecto muy rápido y potente. Puede causar efectos adversos como hipotensión, bradicardia, apnea o convulsiones. También puede provocar reacciones violentas al inyectarlo o al despertar del gato..

Estos son algunos de los tranquilizantes más usados para los gatos agresivos, pero no los únicos. El veterinario podrá aconsejarnos sobre el más adecuado para nuestro gato y cómo usarlo correctamente.

Agregamos esta sección para informar, no para que incitar la automedicación. Es importante nunca automedicar un gato, pues puede correr riesgo de muerte. Muchos gatos pueden tener problemas y no pueden tomar estos tranquilizantes. Ve a un veterinario, tu gato necesita la ayuda de un profesional.

Conclusión

La agresión en los gatos es un problema que puede afectar tanto a su bienestar como al nuestro. Por eso, debemos entender por qué se produce y cómo podemos solucionarlo o prevenirlo. Los gatos son animales sensibles que necesitan sentirse seguros, respetados y estimulados para ser felices y equilibrados. Con paciencia, cariño y ayuda profesional si es necesario, podemos lograr que nuestro gato deje de ser agresivo y se convierta en un compañero fiel y amoroso.

Espero que este artículo te haya servido para comprender mejor a tu gato y mejorar tu relación con tu gato. Recuerda que los gatos no son agresivos por naturaleza ni por maldad, sino que responden a sus instintos o a sus emociones.

Dinos que piensas de la agresividad en gatos ¿Tienes alguna información o historia al respecto? Escríbenos en los comentarios.

Y si te ha gustado este artículo, no olvides compartirlo con tus amigos amantes de los gatos. ¡Hasta la próxima! 😺

Referencias:

Artículo sobre la agresividad en gatos

https://www.aspca.org/pet-care/cat-care/common-cat-behavior-issues/aggression-cats

Artículo sobre por qué los gatos pelean

https://excitedcats.com/why-do-cats-fight

Causes of Sudden Aggression in Cats | PetMD

Feline procedural sedation and analgesia: When, why and how

https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1098612X20965830

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